jueves, 2 de abril de 2020

*

Estoy haciendo un paso de danza
y pienso en la distribución
y la apropiación del espacio
sin escuchar la música.
No tengo un cuarto de objetos que abandoné.
No tengo la carta hablándome de nada
como arte poética.
Ni la revista
con el primer cuento
que sucedió sobre un tablero de baldosas
(aunque sin saber el nombre).
No tengo la sopera
ni el jardín de mariposas.
No tengo las fotos que saqué de una casa
con balcones sostenidos
por las ramas
de un árbol de cemento.
Pero todo está en algún lugar
y la vida
siempre tan confusa
lo sopla.
No tengo una gacela.
No tengo principio porque no sé dónde se nace.
No tengo visiones.
No tengo experiencia
ni juventud.
No tengo la altura de las circunstancias.
No tengo registro, ni tampoco remedio.
Tengo un prontuario
de imposibles emociones.

1 comentario: